Cómo ser feliz en 30 segundos
Si te digo que hay algo que puedes hacer para ser más feliz y que no te llevará más de 30 segundos al día, ¿lo harías? Si además te digo que está científicamente probado y no tiene ningún efecto secundario negativo, ya te estarás preguntando cómo.
No, no se trata de tomar ningún jarabe mágico, sino de aprovechar los mecanismos naturales de tu cuerpo. A día de hoy sabemos que el cuerpo humano juega un importante papel en el funcionamiento de la mente y viceversa, por eso para obtener la felicidad (que en realidad es un estado de bienestar subjetivo) debemos sentirnos bien con nuestro cuerpo. ¿Estoy hablando de hacer ejercicio? Sí y no. Tener un cuerpo saludable no significa necesariamente ser más feliz, pero la actividad física para lograr ese cuerpo sí ayuda bastante.
El deporte nos hace sentir mejor porque, a grandes rasgos, hace que nuestro cuerpo libere endorfinas y serotonina, las sustancias responsables de que nos sintamos bien y con energía. Los efectos tienen una duración limitada y sólo permanecen si somos regulares con la práctica deportiva.
El caso es que hay una forma alternativa de conseguir estos efectos positivos en cuestión de segundos. Se trata de «engañar» a nuestro cerebro mediante saltos. Sí, tienes que saltar para activar tu cerebro y así sentirte más enérgico. Es físicamente imposible estar triste mientras saltas. Te sentirás mucho mejor y serás más activo, por eso es una buena idea que saltes cuando no tengas ganas de hacer nada. Salta lo más alto que puedas mirando al frente o hacia arriba. Salta al menos 5 veces seguidas cada vez que necesites un empujón o sientas estrés o ansiedad.
Seamos sinceros, aunque saltar sea muy bueno y en cierto modo sea un ejercicio físico, no es comparable a la práctica regular de deporte. Pero tiene otro efecto muy positivo…
Ya he dicho que el deporte te hace sentir bien, y si lo practicas a menudo acaba por convertirse en una adicción muy sana. Igual que los alcohólicos necesitan beber porque saben que les produce placer o bienestar (a corto plazo), los deportistas necesitan hacer deporte. Hacer ejercicio «engancha», pero si no empiezas a hacerlo tu cerebro no lo sabrá. Por eso saltar es tan útil, porque al cabo de unos días tu cerebro asociará esa práctica a una sensación de bienestar y te será más fácil y placentero hacer cualquier actividad física que te propongas. Piensa que cuantos más días te ejercites, más te engancharás y serás más sano y feliz. Al final estarás haciendo algo que te gusta y que es bueno para todo tu organismo.
Saltar unos segundos te levanta el ánimo, pero lo que realmente te produce felicidad es el deporte. Por lo tanto ya te habrás dado cuenta de que te he engañado un poco con el título de este artículo, pero todo ha sido por una buena causa: hacerte feliz.
A continuación, para pedirte perdón, te diré algunas de las mejores prácticas para sentirse mejor.
Haz ejercicio
Lo sé, todo el artículo trata sobre esto, pero realmente es lo más efectivo y merece la pena repetirlo. La sociedad actual hace que nuestro cuerpo se atrofie. Lo tenemos todo a nuestro alcance y no tenemos que esforzarnos por conseguirlo. Nuestro cuerpo necesita actividad y «cazar» los alimentos en el supermercado no supone ningún esfuerzo (salvo que tengas pensado robarlos y escapar corriendo).
No necesitas estar horas corriendo, de hecho eso generaría cortisona, que te causaría estrés. Es preferible dedicar entre 5 y 10 minutos de alta intensidad que pasarse horas ejercitándose. Para ello es recomendable el entrenamiento por intervalos, que además ayuda a quemar más grasa corporal en menos tiempo.
Es importante que no te tomes el ejercicio como una condena. Busca una actividad que te motive y te permita desconectar, de lo contrario acabarás abandonando.
Lleva una dieta equilibrada
La alimentación tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo. La mayoría de los alimentos que comemos hoy en día son una fuente excesiva de azúcar y grasas saturadas que apenas aportan proteínas o vitaminas. Un estudio demostró que las personas que comen más fruta y verdura son más felices.
Por otra parte hay alimentos concretos que contienen triptófano, un aminoácido esencial que promueve la liberación de serotonina (la sustancia responsable de nuestro estado de ánimo). Algunos de ellos son: leche, huevos, carne, plátanos y frutos secos.
Duerme bien
Salvo que seas un ser de otro planeta, necesitas dormir. La buena noticia es que lo vas a hacer de todos modos porque tu cuerpo te obliga, la mala noticia es que tú debes controlar tu cuerpo y no él a ti. Incluso si tienes muchas cosas que hacer, lo mejor es que te acuestes pronto; por la mañana tendrás más energía y serás más productivo. Si creas una rutina tu cuerpo se irá acostumbrando y ajustarás tus ciclos circadianos (esos que te hacen despertarte un minuto antes de que suene el despertador), algo imprescindible para sentirse descansado durante el día.
Es importante no sólo la cantidad de sueño, sino también la calidad. Pasamos gran parte de nuestras vidas sobre un colchón, así que más vale invertir en él y en una almohada cómoda. Debes intentar que no haya ninguna luz en tu habitación, tu cerebro las detectará sin que te des cuenta y reducirá la producción de melatonina. Incluso las fases lunares que más luz inciden sobre el planeta tienen una influencia negativa notable en la calidad de sueño (demostrado científicamente). Por tanto ya ni hablemos de móviles y tablets, nada de usarlos antes de ir a dormir.
Dormir bien es fundamental para ser feliz, gozar de mejor salud y ser más positivo en el día a día.
Despiértate 5 minutos antes
¿Pero no me acabas de decir que duerma más? Sí, pero hazme caso y pon el despertador al menos 5 minutos antes de la hora. Ahora te explico por qué.
Mucha gente se despierta por la mañana para ir al trabajo y realiza una serie de ritual a toda velocidad: ducharse, vestirse, desayunar… Incluso si han tenido una noche perfecta lo echan todo a perder estresándose desde que se levantan para no llegar tarde al trabajo, y ni hablemos de las consecuencias a largo plazo si hacemos esto todos los días. Despertándote 5 o 10 minutos antes podrás estar más relajado y disfrutar del desayuno. Prueba esto durante una semana y me darás la razón.
Medita
Antes de nada debo admitir que nunca he meditado, pero es uno de mis propósitos de año nuevo. Está demostrado que unos minutos de meditación al día nos ayudan a evadirnos de los problemas y afrontarlos, con el consiguiente aumento de bienestar. Esto por no hablar de otra serie de ventajas que supone su práctica: mejora el sistema inmunitario y el riego sanguíneo, aumenta la inteligencia, retrasa del envejecimiento, reduce el estrés, hace que el cuerpo no almacene tanta grasa, mejora el estado de ánimo… y alarga la vida.
Meditar no es poner la mente en blanco mientras escuchas música zen, como muchos piensan, sino hacer un esfuerzo activo por concentrarse en una sola cosa. Con la práctica, este ejercicio se hace más efectivo.
Haz algo nuevo
Sal de la rutina y prueba algo que no suelas hacer, puede ser algo tan simple como preparar un plato nuevo o tan complejo como escribir un libro. No importa, simplemente haz sentir a tu cerebro que aún queda mucho por ver.
También es buena idea aprender algo nuevo, ya sea un idioma, una técnica, un deporte… Tendrás una motivación extra y te asegurarás de aprender algo nuevo cada día.
Estas son algunas recomendaciones muy fáciles de llevar a cabo que pueden cambiar tu vida, pero hay algo básico que si no lo cumples no te servirán de nada: tener la intención de ser feliz desde el primer momento. Sí, parece una estupidez, pero aquellos que buscan una meta para alcanzar la felicidad serán unos infelices toda su vida. La vida es ahora, mañana es tarde para vivirla.